Tema 1 Castellano Noveno
GENERALIDADES PRIMER PERIODO
Leer atentamente el siguiente texto:
Literatura
del descubrimiento y conquista de América
CRÓNICAS DE LA CONQUISTA DE AMÉRICA
(1492 – 1600)
“La literatura
está hecha de palabras, estas palabras, en sí mismas, no sólo expresan
significado directos. En ellas pueden manifestarse el prejuicio, el
desprecio a la insolencia. Llamar ídolo o demonio a un dios es quitarle todo su
poder. Pero, más allá de esto, destronar a los dioses equivale menospreciar a
las personas que creen en esos dioses. Sólo que se menosprecio, como ocurría en
buena parte con las culturas precolombinas, no significa necesariamente la
destrucción definitiva de los pueblos vencidos.”
En gran medida, las crónicas de la Conquista son el
testimonio de la abolición de una cultura y de la instalación de otra. Esta última cultura era nueva en
todo el sentido de la palabra, pues, aunque se expresara en viejas lenguas
europeas (castellana – portuguesa), surgió otra lengua que la sustituyó y con
la que se denominaron fenómenos nuevos.
Pero no sólo fue el castellano o el portugués los que
sufrieron modificaciones al convertirse en las lenguas de América Latina. El
descubrimiento trajo consigo, además, importantes cambios en la cultura
europea: la ciencia, la política, la religión, la vida cotidiana,
experimentaron grandes transformaciones al quedar prácticamente demostrado la
redondez de la tierra; y si a los indígenas los asombraron los caballos, los
europeos quedaron deslumbrados ante el colorido de las guacamayas o la gracia
de las llamas, así como por el sabor del maíz, el tomate, la piña o el tabaco.
Primero, ante la naturaleza, es Colón quien fascinado
registra en su diario las maravillas del paisaje conformado por plantas siempre
verdes, flores de todas las formas y colores, animales exóticos y los propios
indígenas de las Antillas. Ellos recibieron pacíficamente a los extranjeros y,
con su desnudez y su aparente inocencia,
alimentaron la idea medieval de la existencia verdadera de un perdido paraíso
terrenal.
Luego, Hernán Cortés en México y uno de sus soldados,
Bernal Díaz de Castillo, elogiarían en sus escritos la monumental belleza de la
ciudad de Tenochtitlan y los adelantos técnicos de la civilización azteca, poseedora
de un saber extraordinario en lo relacionado particularmente con la astronomía,
la organización social, la arquitectura de la ciudad y el arte.
Estos acontecimientos inspiraron las obras de los
intelectuales y artistas del Renacimiento, llegando a idealizar el paisaje de
América y la vida de los indígenas en libros como Utopía de Tomas Moro, o la
araucana de Alonso de Ercilla. Pero,
por encima de todo, América se convirtió
también en el continente de los metales preciosos, de las esmeraldas y, ya
más adelante, en la posibilidad de enriquecimiento a través de la explotación
agraria que descansa en el trabajo de los indios.
El resultado de esto fue la destrucción de ciudades
enteras. Lo que guío a los conquistadores fue la búsqueda de oro, plata y
riquezas en general, tras las cuales corrían dejando en un lugar secundario
cualquier otra consideración.
De allí que
no tuviera reparo en demoler las edificaciones centenarias de ciudades como Tenochtitlán o Cuzco y en asesinar los líderes de estos pueblos.
A continuación desarrolle las siguientes guía-taller:
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